¡Que poquito falta!

Ahora que estoy aquí sentada, en un momento de tranquilidad que poseo, sólo puedo pensar en lo poquito que me queda... para acabar mi curso mi inglés, para acabar mi curso de catalán y obtener mi nivel C, pero sobretodo ¡para que lleguen mis vacaciones! Ya las tengo a la vuelta de la esquina: una semana me falta tan solo.
Por fin podré disfrutar de unos días de relax, de unos días de sol (ya que donde vivo no ha abundado mucho durante muchos meses), de unos días para poder escribir y de unos días con quien más quiero en este mundo. Han sido demasiados meses sin él y ahora que está tan cerca solo quiero que pase bien rápida esta semana para poder compartir con él esos días. Poder cenar tranquilos en casa o fuera (eso da lo mismo), poder ver la tele juntos, poder hablar uno frente al otro y no por teléfono, poder tocar su piel y poder compartir, como otra pareja cuaquiera, cada segundo del día. ¡Que poquito falta, por fin!

Y hablando de escribir, el otro día vi en la televisión un anuncio de una lotería que tenemos aquí, en Cataluña, y que se llama 6/49. Lo cierto es que, la verdad, no se han roto mucho la cabeza con el nombrecito porque el funcionamiento es el mismo que la tan conocida Primitiva, esa que nos hace mantener la esperanza, semana tras semana, de que algún día nos hará millonarios y nos podamos retirar a disfrutar de nuestro tiempo libre al completo: ¡ayyy bendita esperanza! ¡¿qué haríamos sin ti?! Bueno continuo que me voy por las ramas: en ese anuncio se ve a un muchacho en un bar tomando un café y justo al lado se ve un viejecito que le recomienda que no beba tanto café porque luego lo pagará. El joven, un poco disgustado, le indica que él no se tiene que meter en su vida ya que no lo conoce de nada y ahí es donde el viejecito le confiesa que él es ese joven muchos años después y que por esa razón se lo dice. Luego, hacen propaganda de la lotería(lógicamente) y después de ver esa publicidad mi cabeza se imaginó esa situación pero reflejada en mi persona. ¿me gustaría realmente que mi YO se me presentara un día a mi lado para decirme qué es lo que me pasará en el futuro? Le sigo dando vueltas y aún no lo sé.

Mi sueño, a lo largo de los años, siempre ha sido escribir un libro pero nunca me he creído capaz de hacerlo, aunque mucha gente me ha dicho que tengo aptitudes ¿Por qué nunca he sido capaz de creérmelo? Me sigo sorprendiendo cuando un día me mandan que escriba unos poemas en inglés y, sin tener experiencia alguna, mi profesor me llega a decir que son tremendamente emotivos, cuando él mismo me comenta en un trabajo en el que tengo que entrevistar a alguien famoso que algún día seré yo la entrevistada, cuando la gente que más quiero se sonríe con historias que escribo porque he llegado tocar su sentido del humor...pero con todo y con ello no consigo creer que algún día podré sentarme delante de un teclado y escribir 300 páginas con algo que conmueva, distraiga e interese a un editor y que se arrisgue a invertir su capital en mí. Y es entonces cuando un anuncio de la televisión me impacta y hace que me plantee una pregunta que nunca tendrá respuesta. Podría haber pensado en preguntar a mi yo si moriré joven, si mi pareja estará bien conmigo y sano hasta el fin de nuestros días juntos, si podré conseguir un trabajo mejor o si el Barça volvera a hacer historia ganando todos los títulos habidos y por haber una sola temporada y marcándole 8 a 0 al Madrid en esa misma liga. Pero no, lo único que se me viene a la cabeza es si, esa misma yo, tendrá la oportunidad de decirme que algún día haré mi hetéreo sueño realidad. A lo mejor esto, en sí mismo, es una señal y realmente tengo alma de escritora.

En definitiva, como que no estoy convencida que yo misma me diga que seré medio conocida por algo escrito por las yemas de mis dedos será mejor que intente conseguirlo de alguna otra manera. Y esa única forma es, como dijo mi querido Alberto Vázquez Figueroa, escribir, escribir y escribir, tanto si es bueno como si es horroroso y por eso tango tantas ganas de empezar con ello. Sólo quedan 8 días y entonces tendré a mi lado lo que más me importa en el mundo: mi querido ángel y mi tiempo para poder teclear...bueno o malo.